domingo, 16 de octubre de 2011

Teatro Echegaray

Hoy he recordado algo que en su momento quizás no supe describirlo como realmente se merece. Así que como hace tiempo que no escribo y hoy parece que me estoy reencontrando con esa facilidad, me he decidido a contarla...

Hace ya unos cuantos meses, me regalaron un concierto, además de tratarse de un artista que yo ni conocía, mis ganas de ir sólo brillaban con una fiebre altísima de ausencia. Pero la persona que me quiso regalar ese concierto, supo no conformarse con ese primer intento, e insistió, y esta vez de forma precisa y rotunda y como siempre, amable... "en tu email tienes la entrada, es en el teatro Echegaray" me dijo,  "y se trata de un cantautor, Javier Ruibal, del Puerto de Santa María (de Cádiz, para más señas) y acaba de llegar de una gira por Nueva York. Por casualidad en Valencia fui a un concierto suyo y me encantó y he pensado en tí para que disfrutes escuchándolo, si no vas, no me voy a enfadar, te quiero hacer un regalo sin venir a cuento, y mi regalo es este".

Hacía mucho tiempo que nadie me tocaba el corazón como lo hizo ella. Así que fui, sin saber que tipo de música se toparía con mis oidos, sin saber ni el talante ni la pinta de ese artista gaditano... Pero nada más entrar en el Teatro, las sensaciones fueron más que buenas, un aforo pequeño y acogedor, casí íntimo diría yo,  y en el escenario tan sólo un juego de percusión, muy pocos micros y a la izquierda un majestuoso piano de cola. ¡¡Cómo disfruté de ese concierto!! ¡¡Cómo sonaron esas canciones con tan pocos instrumentos; el piano y la guitarra, aquella noche, irremediablemente se pusieron de acuerdo para lanzar al aire sonidos que se iban convirtiendo en melodías sin ningún aparente esfuerzo.

Y hubo una canción que me llamó mucho la atención, supongo que por eso de estar a unos cuántos y considerables kilómetros de distancia de mi tierra, y es que trataba del equipo de fútbol del Cádiz, y aunque yo no entienda mucho de este deporte ni soy futbolero, lo que esa canción llegó a hacerme sentir fue un "rebujo" de sentimientos, carcajadas y anhelo.

Cuando el concierto terminó, lo primero que hice fue llamar a esa gran persona por teléfono; no perdí la ocasión para decirle, primero que la quería, y segundo las gracias por su insistencia. Le hablé de esa canción, y me contó que realmente era un himno que Javier Ruibal presentó en un concurso para el Club de Fútbol del Cádiz, y aunque ciertamente quedó finalista, no se hizo con el premio, y fue una canción de Andy y Lucas la que le privó de ese derecho. En mi modesta opinión, seguramente condicionada por toda esta historia, la verdad es que yo prefiero la de este cantautor maestro.

Desde aquí agradecerte, de nuevo ese gran regalo (sin duda, uno de los mejores).
Tengo mucha, mucha suerte de tenerte como hermana, y aunque seas más pequeña que yo, tengo mucho, mucho, mucho que aprender de ti. Gracias Irene; te quiero.



miércoles, 12 de octubre de 2011

Abril... verano 2011

He tardado un poco en hacer este vídeo, pero, para bien o para mal, quería hacer algo distinto, los felices días que he pasado este verano con mi hija Abril verdaderamente se lo merecía. Tristemente las ideas no llegan cuando uno quiere; eso sí, una vez que te topas con ellas, creo que no hay que tardar mucho tiempo en analizarlas y por lo menos intentar ponerlas en práctica.
En fin, este es el resultado, una especie de vídeo musical intercalado con una fantástica versión o cover realizada por Avery de la canción Firework (de Katy Perry). Espero que os guste...