domingo, 2 de febrero de 2014

La abstracción existe...

Demostrado, una foto donde la abstracción se reafirma con su significado, por un lado, es más que obvio que Abril está totalmente abstraída, pero no todo queda ahí, porque por otro lado, cuando he visto esta foto a tamaño "pantalla de ordenador" el que se ha abstraído completamente he sido yo... me pierdo gratamente con esa mirada y con esos sentimientos que están detrás de ella... en fin, es lo que veo en esta fotografía.


domingo, 26 de enero de 2014

domingo, 12 de enero de 2014

lunes, 6 de enero de 2014

viernes, 20 de diciembre de 2013

Felices Fiestas!


domingo, 6 de octubre de 2013

Escuchando!!

miércoles, 7 de agosto de 2013

Esta vez no se trata de una fotografía...


 

Esta vez no se trata de una fotografía que muestre unos sentimientos,  esta vez se trata, simplemente, de explicar esos mismos sentimientos con  palabras.  Tampoco creo que sea importante decir que lo que sucedió duró tantos segundos o tantos minutos; cuando pasan cosas especiales,  y producen profunda felicidad, cuando se es totalmente consciente de que cuanto ocurre es intransferible al resto que no está viviendo ese preciso momento,  cuando todo eso se da o se conjuga... cualquier fórmula estudiada y probada sobre el tiempo, se hace irrisoria,  sin significado,  anulada... Y para que todo esto se plasmara,  solo hicieron falta las olas de una playa, la valentía que mi niña sabe reunir en sus ocho años y yo...

Para que unos momentos se tornen en un gran recuerdo, no depende de la complejidad o simplicidad de los elementos que les dan forma y valor,  lo verdaderamente importante e imprescindible es que exista un sentimiento y si este es compartido,  mejor que mejor...

Intencionadamente yo le dejaba a ella decidir cómo quería pasar las olas,  o bien por encima o bien por debajo, tapándose la nariz con su mano derecha para hacerlas frente y disfrutarlas sin toserlas. Sólo cuando ella comprobó que esa situación la tenía más que dominada, decidimos que era la hora de dejarse llevar por ellas en vez de jugar a esquivarlas,  y sin decirle nada, ella tenía bastante claro como hacerlo; en un instante, de mis brazos pasó a mi espalda, llevó su brazo izquierdo por mi cuello, de nuevo se tapó la nariz con la otra mano,  miró hacia atrás con el rabillo del ojo y gritó "Papi,  esta es nuestra ola". Mientras fuimos empujados unos cuantos metros por esa magnífica ola, y a pesar de la alborotada espuma y de la fuerza con que nos llevaba,  su brazo ni siquiera hizo el amago de soltarse de mi cuello,  aquel fue el momento en que mi sonrisa sonrió sin que nadie la viera... "PAPI,  HA SIDO GENIAL,  VAMOS A POR OTRA", aquel fue el momento en que fui feliz porque mi niña también lo era. 

Sin fotos, sólo con unas cuantas palabras...  Un recuerdo para recordar siempre,  y sólo porque presencié con todos los sentidos,  cuanta seguridad y confianza tiene mi niña en mi... Porque no es sinónimo "el saberlo" y "el darse cuenta" y cuando esto se experimenta, el saber ya viene brutalmente implícito,  el "te quiero" te lo han transmitido sin decírtelo, y por alguna extraña razón de la temporalidad eres incapaz de cuantificar lo sucedido en el tiempo, entonces,  sólo entonces, es cuando te guardas para ti esas imágenes y para siempre,  ese sentimiento,  ese común gesto,  esa historia,  para siempre te llena y la valoras.