miércoles, 6 de octubre de 2010

Bella figlia dell'amore

Imaginad por un momento que os llega un libro a vuestras manos y que tenéis que poner música a la historia que esconde dentro de sus numerosas páginas, y que tenéis que crear una representación que tenga como objetivo descubrir, manifestar y transmitir cada uno de los sentimientos que el autor del libro puso en el momento de escribirlo.

Centrémonos ahora, al menos en un pasaje de esa historia: un padre intenta convencer a su hija Gilda que su prometido el Duque de Mantua le es infiel y para ello la lleva hasta la posada de Sparafucile. En el interior de esta posada el Duque corteja a la hermana del posadero Maddalena que juega a resistirse a los encantos de este, para terminar finalmente en sus brazos; mientras tanto, desde fuera de la posada, Gilda acompañada de su padre protector, a escondidas desde las ventanas, es testigo del flirteo que su amado Duque procesa por la bella Maddalena.

Ya conocemos la historia, ahora tendríamos que crear una bella música que sirva de vehículo para llevar sobre ella en forma de canción, los cuatro sentimientos contradictorios de los personajes.

Para ser sincero, hacer esto no es nada fácil, pero mi intención era poneros en la misma situación que una vez un gran genio, Giuseppe Verdi, se tuvo que enfrentar al toparse con esta escena de la magistral ópera Rigoletto. Y como si no fuera fácil de mantener el mismo nivel de belleza musical que la canción que le precede, La donna e mobile, logró crear uno de los más bellos cuerteto vocal de toda la historia de la ópera. El propio Victor Hugo, autor del drama “Le Roi s´amusse” en el que está basado el libreto de Rigoletto, le llegó a manifestar a Verdi, tras asistir a una representación de su ópera, su “sana envidia” de poder lograr que cuatro personajes cantando a la vez manifestasen sus sentimientos a cual más contradictorio.

En fin, la buena noticia es que no nos vemos obligados a crear esta respresentación ya que el gran genio de la música Giuseppe Verdi, lo hizo por nosotros. Así pues os invito a ver esta maravillosa escena acompañada , en mi opinión, de una de las mejores y más hermosas melodías jamás escrita.


2 comentarios:

  1. Dos grandes: Victor Hugo y Giuseppe Verdi. Qué honorable gesto de "admiración" le profesa Hugo a Verdi: "te miro para aprender cómo lo lograste..." ¡Javier, extraordinaria opera!

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  2. ¡No sabía que te gustaba la opera! Más, más, más, y sobre todo acompañado de tus comentarios.
    Besos

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