miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Pequeña Abril - Cap. 12 - Abril se despierta para dejar Peking

Un día antes de marcharnos, en la habitación del hotel, a eso de las ocho de la tarde, Abril no le sentó nada bien el biberón de leche que se tomó no hacía mucho, y como todo buen bebé, lo vomitó encima de la cama, lo puso todo perdido, colcha, sábanas… Mientras mi mujer limpiaba y ponía a Abril otro pijama, yo, a través del teléfono, intentaba hacerme entender con alguien de recepción para que subieran y nos pusieran ropa de cama nueva. Por fin un botones llamó a nuestra puerta, cuando abrí pude comprobar con satisfacción que aunque mi inglés no era nada bueno, me entendieron, pues en sus manos portaba lo indispensable para cambiar la cama. El botones era un joven chino muy amable y rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya teníamos la cama como nueva, tras la propina que me costó que la aceptara se marchó y en ese mismo momento Abril volvió a vomitar más leche, aquello era increíble, aún más cantidad de líquido blanco que la vez anterior volvió a manchar toda la cama, esta vez incluso llegó al colchón… “Please, please again, my baby again, come here, please” Grité corriendo detrás del botones, el cual se encontraba ya esperando a que el ascensor le abriera sus puertas. De nuevo nos ayudó con las sábanas, incluso nos dijo que no nos preocupáramos, ya que no daría parte sobre el colchón manchado (allí, todo lo que rompas o manches está valorado y te lo cargan en la factura final). Finalmente le dimos la vuelta al colchón y allí no pasó absolutamente nada, en fin, tras darle de beber algo de suero, al poco tiempo se empezó a poner mejor y decidimos ir a cenar a un socorrido McDonalds que se encontraba muy cerca del hotel y más o menos a mitad de la comida, una vez más, Abril vomitó, pobrecita niña mía, fue la primera vez que mi mujer y yo comprendimos la impotencia que se siente ver a tu hija tan malita, tan débil, tan apagada… nos volvimos al hotel y estuvimos dándole suero poquito a poco hasta que conseguimos que se durmiera. Por la mañana nos teníamos que levantar muy temprano y hacer todo lo posible para que esto no hiciera que su fiebre alcanzase más de 37’5ºC. ya que de sobrepasar este límite de temperatura no nos dejarían irnos en el avión. El video que vais a ver es el despertar de una más que recuperada Abril en ese último día en Pekín.

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