¿Quién nos iba a decir a nosotros que íbamos a estar alguna vez sobre la Gran Muralla China?. La parte de La Muralla China que más cerca se encontraba de Pekín se situaba a uno 60 km, pero para hacer el viaje más ameno, aproximadamente a mitad de camino hicimos una visita a una enorme tienda de Jade, donde pudimos comprobar además del arte chino aplicado a esta preciosa piedra, la capacidad de rentabilizar un negocio con los turistas (allí coincidimos con más de 3 autobuses)… En cuanto a la muralla, la parte que visitamos, era muy empinada, con escalones desiguales, subir era un reto para los turistas, pero sobre todo para los padres que llevamos a nuestros hijos; mientras subíamos nos encontrábamos con otros españoles que bajaban y más de uno nos decían “Qué valor tenéis… luego se pone aún más cuesta arriba”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario